...océano

¿Cómo será vivir al otro lado del límite del cristal?
Cada uno recorre su porción de océano. Desde su pecera se crea una réplica de la inmensidad ajena y ansía con explorarla. La Marathon des Sables está al otro lado del cristal. Te atreves a salir para descubrir otro mundo, otro envoltorio, otra atmósfera.

Uno de los instantes que más nos gustaba era el atardecer. Una carpeta llena de unos folios que contenían en unas pocas letras toda una declaración de cariño. El primer día, crueldad del azar, no venían los míos. Me entregaron un hatillo de folios donde no había ninguno dirigido al dorsal 514. ¡Mira lo que me dice éste!...¡Y este otro!...Y yo rumiando mi desaliento, mi decepción…Pasa un voluntario y le digo que miren, que no puede ser que no tenga ningún email. Intento hacerme el duro…Imposible disimular con los ojos acristalados. Y ataca la dolorosa duda…¿Se habrán olvidado de escribirme?...Al poco llega la complaciente mensajera con un montón de besos contenidos en papel… En un instante paso de la afectación a la más inmensa de las alegrías. Orgullo, cariño, reconocimiento…Gratitud. Las personas que más quieres, los amigos, conocidos y grandes anónimos que dejan de serlo. Mensajes que lees, relees, compartes, abrazas, besas.
Esta foto refleja todo ese sentimiento experimentado cualquier tarde, después de una dura etapa.

Cada uno recorre su porción de océano y hace que otros deseen aventurarse fuera de su pecera.